Apocalypse Now, infierno en el rodaje

 


Apocalypse Now, una producción contra reloj que llevó a su director al borde del colapso. 



Era a finales de los años sesenta cuando, el ya exitoso Francis Ford Coppola, encuentra, en “El corazón de las tinieblas”, una fuente de inspiración para la temática de Vietnam; pero la guerra estaba a flor de piel en la sociedad norteamericana. El momento no era oportuno. 


Recién en 1975, el cineasta pudo concretar su ambicioso y difícil proyecto de adaptar la novela, no sólo al guion de la película, sino a su rodaje.  Fue algo así como la lucha entre David y Goliat o el capitán Ahab y MobyDick .

Las tinieblas, que envolvieron a aquel set, produjeron una especie de catarsis colectiva. Filipinas fue el escenario para el rodaje, pero los cuatros meses previstos se convirtieron en un año y medio de adversidades y padecimientos. Una naturaleza hostil, un gobierno de facto y un elenco inestable condicionaron la libertad de acción del cineasta.


Una flota de helicópteros, prestada por el dictador Ferdinad Marcos, sirvió para las impactantes escenas que mitificaron el film; sin embargo, el rodaje se detuvo cuando Marcos exigió las naves para sofocar un levantamiento de guerrillas. La realidad estaba superando la ficción. 


La actuación soberbia de Martin Sheen destacó principalmente en sus momentos de trance producto de la ingesta alcohólica que consumía a diario. Al comienzo del rodaje, rompe un espejo con el puño y la escena sigue rodando mientras su propia sangre brota naturalmente. Más tarde, producto de una caída, se hizo de una herida profunda en su cabeza y finalmente  un infarto,  casi acaba con su vida. 


No sólo el alcohol, sino también la droga pululaba entre los actores, aunque para Coppola, la gota que colmó el vaso fue la indolente llegada al set de su estrella mimada, Marlon Brando.  El veterano actor encarnaba al personaje de Kurt, un ser mitificado por los nativos, de apariencia atlética y vigorizante. Pero, la realidad mostraba a un hombre obeso, calvo y muy interesado por cobrar los tres millones de dólares que exigía su contrato por tres semanas de actuación. Sus improvisadas interpretaciones requerían de tomas sombrías que desdibujaban su real apariencia. Su rol se redujo a una especie de figura fantasmagórica.



Las escenas dantescas que ornamentaban el santuario de Kurt estaban construida con cadáveres robados de un cementerio que colgaban de los árboles o lucían amontonados formando parte del cuadro.  La profanación de las tumbas en forma ilegal y bajo el total desconocimiento de Cóppola detuvo el rodaje, nuevamente, por varias semanas. 



Estoy pensando en pegarme un tiro declaró el cineasta sobrepasado por su propia megalomanía cuando el tifón Olga arrasó las playas filipinas y con ellas gran parte del set que llevó otros dos meses construir. 


Más allá  de todas las experiencias nefastas, Apocalypse now tuvo un efecto bisagra no sólo en la vida del cineasta, sino también en la de su protagonista, Martin Sheen. Marcó un verdadero descenso a los infiernos para comprobar hasta dónde podían llegar sus propias fuerzas. 




A pesar de estar al borde del abismo, la película quintuplicó la inversión y ganó dos premios Óscar de los ocho con que fue nominada.



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