El general, el pintor y la dama de María Esther de Miguel
Reseña: La estructura de la novela presenta claramente dos partes. En
la primera se intercalan los Papeles del General y los papeles del Pintor y así
la escritora va perfilando la biografía de ambos. El general Justo José de
Urquiza busca en esas pinturas confirmar y eternizar sus hechos heroicos. Juan
Manuel Blanes aspira a través de esos cuadros logra un reconocimiento como
pintor en su época.
La segunda parte, Papeles del hijo, el punto de vista del narrador pasa
a Nicanor, el hijo de Blanes quien cuenta cuán difícil es crecer bajo la sombra
de un padre pintor.
Comentario: La novela histórica pretende llenar, a través del ingenio
del escritor, muchos espacios vacíos donde la investigación rigurosa no ha llegado;
de ahí que muchas veces los planos se confunden y el lector vacila entre la
realidad y la ficción.
Dos móviles despertaron el interés de la autora para escribir esta
obra: El tema de la rivalidad entre Blanes y su hijo frente al amor de una
misma mujer y el cuadro de Carlota Ferreria, que sólo el reconocimiento
estético le guardó un humilde lugar en la historia rioplatense.
La primera parte de la obra, si bien trabaja con habilidad la
alternancia de los dos puntos de vista el del General y el del Pintor, por
momentos se desvía del hilo narrativa y cae en un raconto testimonial que
atiborra al lector de nombres, lugares y acontecimientos. A mi criterio es la segunda parte la que vuelve
a encauzar la fuerza argumental y despierta mayor interés por la vitalidad de
sus personajes. En especial, la figura de Nicanor y su relato en primera
persona nos trasmite esos sentimientos encontrados donde juega la pasión, la desazón,
la abulia, la compasión, la tristeza. El
final me dejó con sabor a poco; pero debo reconocer que Esther De Miguel está a la vanguardia de este género que
impacta mucho en nuestra literatura.
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