Joss Le Guern, pregonero en una plaza, acude todos los días a leer las
noticias que le dejan en su buzón a cambio de ganarse unos francos para vivir.
Pero un día comienzan a aparecer mensajes extraños escritos en latín que no
auguran nada bueno. Joss acude al auxilio de Decambrais, un hombre de letras y
dueño de una pensión en la que termina alojándose. Esos textos latinos hablan
de la llegada de la peste negra en pleno s. XXI.
Simultáneamente, el comisario Adamsberg es informado de la extraña
aparición, en las puertas de algunos edificios, del número cuatro invertido como
símbolo de protección frente a la terrible plaga.
Ambos hechos, totalmente desencajados en el tiempo, se asocian con las
primeras víctimas fatales que comienzan aparecer.
¿Quién está detrás de estos sospechosos cadáveres tiznados de carbón y
de esas macabras puestas en escenas? Sólo el inefable Adamsberg podrá dar las
respuestas.
Comentario
Es un policial con una trama ingeniosa donde además de las pesquisas e
inquisiciones, la escritora intercala, con naturalidad, temas anacrónicos como el
pregón y la peste que calan hondo en opinión de la gente al punto de no dar
crédito a las evidencias de los informes policiales.
Los personajes no son estereotipos comunes están perfilados con ciertos
rasgos que los haces particulares, tal es el caso del controvertido comisario.
La novela presenta un estilo cuidado con pinceladas de humor extraídas
de sus diálogos y un ritmo que nos mantiene atentos hasta llegar a develar el
misterio.



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