Las huellas del mal de Federico Andahazi
Reseña
En 1892, en los
suburbios de la ciudad de Necochea, más precisamente en el puerto de Quequén,
dos niños han sido salvajemente asesinados. Dos agentes de las fuerzas del
orden, el inspector croata, Juan Vucetich y su ayudante, el agente judío Marcos
Diamant, llegan desde La Plata al lugar del hecho con el propósito de descubrir
la identidad del criminal utilizando la técnica descubierta por Vucetich: la
dactiloscopia.
Sin embargo, la
reticencia de las autoridades locales y la aparición de agentes extranjeros
serán los obstáculos principales que deberán sortear estos hábiles
investigadores para echar luz sobre tanto misterio.
Comentario
Las huellas del mal
podría definirse, si cabe la posibilidad, como un breve bioepic literario.
Con su impronta tan particular, Andahazi nos
describe la biografía de este talentoso investigador y científico autodidacta,
que llega desde su lejano país, en busca de un destino mejor a la pujante
Argentina de finales del siglo XIX.
La trama discurre con
fluidez, ligereza y suspenso dosificado. Los protagonistas son más arquetipos
que personajes, ya que se definen por sus rasgos sobresalientes. Marcos Diamant,
el ayudante polígloto que por momentos confunde la realidad con las tragedias
de Eurípides, Vucetich, el inspector incorruptible, metódico y disciplinado que
parece olvidar sus cualidades cuando cae bajo el hechizo de Luciferina, una
anarcofeminista que le sobran atributos para enfrentarse a cualquier
contratiempo.
Las huellas del mal es
un thriller histórico-policial ameno e ilustrativo, pero sin la complejidad
literaria que caracteriza a las novelas de este autor.
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