Reseña
En la Roma del Papa Gregorio XIII, 1575,
Giorgio Varsari, colega de Miguel Ángel, acude a su confesor para contarle que
el gran maestro, fallecido nueve años atrás, había pecado de herejía al pintar la Capilla
Sixtina. El sacerdote lleno de intriga le pide que le narre cómo sucedieron los
hechos.
De ese modo, la historia se retrotrae a 1540
cuando el escultor Buonarroti realizaba sus obras bajo el mecenazgo de los Medici.
La fama y el prestigio que su obra le fue confiriendo hizo que el Vaticano
requiriera de sus servicios. A partir de ese momento, la vida del artista se
dividió entre Roma, la ciudad que le suministraba los recursos artísticos y
financieros y Florencia, la cuna que lo vio nacer y a la que le entregó su
corazón. Siempre empuja, sea por poder o por dinero, ambas capitales tenían una
sola cosa en común: su amor por el arte.
De ahí que los grandes maestros eran subyugados, atraídos con diferentes
ardides para que dejaran en ellas el testimonio artístico de su paso por este
mundo. Sin embargo, esa permanente puja y división de los estados italianos los
llevó a sufrir más de una masacre, donde la gente moría sin sentido manipulada
por fuerzas extranjeras.
Esa fue la época en que le tocó vivir a Miguel
Ángel Buonarroti que, a pesar de los infortunios, tuvo la suerte de conocer a
hombres de su talla como Leonardo Da Vinci, Rafael Sanzio, el político, Nicolás
Maquiavelo y el astrónomo Nicolás Copérnico.
Comentario
Rezar por Miguel Ángel es la segunda novela de
las Crónicas del Renacimiento de Christian Gálvez, la primera lleva por título
Matar a Leonardo Da Vinci. Ambas obras tienen tramas similares donde el
escritor fusiona los hechos históricos con episodios ficticios. También hace
hincapié más en la personalidad del protagonista que en el hilo anecdótico.
Miguel Ángel era un hombre temperamental, soberbio, sarcástico, pero también
sabía identificar y valorar a las personas con talento. Es así como sus diálogos
con Copérnico y Maquiavelo resultan por demás enriquecedores.
Rezar por Miguel Ángel es otra de las Crónicas que
ilumina esa etapa de transición que por tanto tiempo conocimos a tientas. La
supremacía del arte nos muestra como la fusión del paganismo clásico y el
misticismo religioso cobra vida en la obra de este gran maestro.
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