“Pat
era una mujer hermosa, de pelo oscuro, que usaba gabardina y bebía ginebra. Era
alta y delgada. Cabello negro, largo hasta los hombros con los ojos de color
marrón oscuro. Era una combinación del
Príncipe Valiente con Rudolf Nureyev.” declara en un reportaje Marijane Meaker,
escritora estadounidense y amante de Patricia Highsmith a finales de los años
50.
Durante algunos años, viven un tórrido romance en un pueblo
de Pensylvania y, a pesar de enfrentarse juntas a una sociedad que rechaza al
lesbianismo, Meaker decide acabar la relación aduciendo principalmente al
deterioro que la bebida y el cigarrillo, principalmente, producen en la salud
de Patricia.
Highsmith, se marcha a Inglaterra con la esperanza de seguir
manteniendo un contacto con Marijane, pero su amante no está dispuesta hacerlo.
Después de 27 años de silencio, Pat regresa a Pensilvanya, borracha y
terriblemente destruida por sus excesos a buscar una explicación. Pero Meaker
ya hacía años que había formado pareja con otra mujer.

Otro caso parecido vive con Ellen Hill, inspiradora de varias
de sus novelas. Ellen tenía, en aquel
momento, un perro, al que la escritora odiaba porque la había atacado . Al
finalizar la relación con Hill, Highsmith escribe la novela, El cuchillo,
donde Clara, la protagonista, el alter ego de Ellen, tiene un perro al que ama
más que a su esposo y, por alguna extraña razón, la pobre Clara termina
suicidándose.

Recién en 1989, tiene la oportunidad de reimprimirla
nuevamente con el título de Carol y sin seudónimo. Edición que más tarde se
lleva al cine con el protagonismo de dos
excelentes actrices Cate Blanchett y Rooney Mara.
En su prosa Highsmith se reconoce a sí misma como un personaje masculino y fue la famosa creación de Tom Ripley quien la lleva a decir que en cierta forma era su alter ego, ambos, siendo americanos, sentían un gran amor por Europa, por la música clásica y la jardinería. Sin embargo, su ambigüedad moral, no transitaba por los mismos rieles. Ella no necesitaba de un arma para asesinar tenía su propio estilete en la máquina y en el papel.
Considerada como una de las escritoras más originales y perturbadoras de la narrativa contemporánea pasa a la inmortalidad el 4 de febrero de
1995 en Suiza , considerada, por ella misma, como una bruja hostil, frustradas y solitaria llevándose sólo a su tumba el recuerdo de un gato negro y un puñado de caracoles.
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