¿Nicolás Flamel inmortalizado por la alquimia o el inconsciente colectivo de la época?


En el mundo real, Nicolás Flamel ha sido considerado un alquimista, que dedicó gran parte de su vida a alcanzar la Piedra filosofal y el elixir de la inmortalidad.
 Los cierto es que Flamel era un escribano, copista y librero perteneciente a la burguesía parisina en la que los temas esotéricos no le eran del todo indiferentes. Había nacido en 1330, cuando ya la Iglesia había dejado de ser la única portadora del saber.


    
Acompañado por su esposa Pernell, varios años mayor que él, viuda y heredera de una cierta fortuna, dedicó gran parte de su vida a la búsqueda del conocimiento que estaba más allá de los libros que el conocía. 



En su propia casa, en la rué número 51 de Montmorency, muy cerca de la torre de Saint-Jacques  (Santiago Apóstol), dedicaba el matrimonio gran parte de su tiempo en realizar sus experimentos en el sótano dentro de un hermetismo absoluto.                                             






A partir de su peregrinación a Santiago de Compostela en busca de Iluminación para traducir el texto Abraham, el Judío, que había llegado misteriosamente  a sus manos,  la historia y la leyenda se fusionan y sólo tenemos testimonio de algunas de sus obras.


     Se dice que a su regreso, y gracias a un rabino judío, el pudo traducir el códice, y convertirse en un verdadero alquimista que alcanzó fortuna y la vida eterna. Aunque lo único que se ha comprobado es que después de varios años de muerto, pretendieron exhumar sus restos y la tumba estaba vacía. 


Tantas habladurías dieron tema para la ficción literaria como la cinematográfica






            Harry Potter y la Piedra Filosofal


No hay comentarios.:

Publicar un comentario