
Convencida de que iba a estar
más segura en la casa de sus suegros parte hacia Gross Partsch (actualmente ciudad polaca), una pequeña aldea
en mitad de los bosques. Un lugar idílico sino fuese porque a tres kilómetros se encontraba La
Guarida del Lobo, uno de los bunkers donde se refugiaba el Fühler.
Poco tiempo después y, a
medida que la guerra desfavorecía a Alemania, fue reclutada, aun sin ficha de
afiliación al partido, para ser una de las catadoras que probara los alimentos
de Hitler antes de que formara parte de su ingesta diaria.
Después del fracaso de la
Operación Valquiria, La Guarida del Lobo fue desmantelada. Con la ayuda de un
médico de las SS, Margot regresó a su ciudad natal; sin embargo, la llegada de
los rusos a Berlín fue tan arrasadora y violenta que terminó siendo una víctima
más de sus vejámenes, a tal punto que las lesiones recibidas no le permitieron
llegar a concebir hijos.

En el 2012, día que Margot
cumplió 95 años, aceptó la entrevista de un periodista de un diario local con
el objeto de poder exorcizar todo aquello que aún la atormentaba. Es así como
la opinión pública conoció a esta mujer que contrariamente al rechazo que
sentía por Hitler se jugó muchas veces la vida por él.
Sus confesiones han sido
fuente de inspiración para algunos escritores, entre ellos VS Alexander con su
novela La catadora de Hitler.
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